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jueves, 17 de junio de 2010

Capítulo 2//1.5


Escribe... Alicia Alina

Mi no tardó demasiado en llegar. Cargada, traía consigo cestos de frutas recién recogidas de campos verdes, pan crujiente y mantequilla. Un tarrito de miel para sus toses repentinas.
Jonathan se apresuró a levantarse y ayudó a la mujer a reocger aquellas cosas que, debidos a que no cambían en los cestos o en las bolsas de papel, caían hacía el lado, atraídas por la gravedad de aquel mundo extraño. El chico cogió una manzana al vuelo y se la lanzó a la viejita, que tuvo demasiados reflejos.
El chico empezó a sospechar, pero no pensó en el rey, solamente en ayuda, y en que aquella mujer era más que un rostro amable surcado de arrugas. Aún así siguió recogiendo e hizo como si no hubiera sucedido nada. Terminó de recoger otras cosas que habían caído y se sentó de nuevo en la cama. No tenía consciencia de haber oído ruidos de salida, pese a estar dormido, su sueño nunca había sido pesado.

- Sigo sin comprender.- Exclamó entonces Jonathan, intentando que aquellos turbios pensamientos dejaran en paz su mente. - sigo sin entender nada. ¿Por qué usted me ayudó? No soy más que una carga, una mera carga... le puedo costar caro.

La vieja siguió a lo suyo, negándose a dar explicaciones. depositó cuidadosamente los tarros de miel encima de la amorfa estantería.

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